lunes, 25 de febrero de 2019

Científicas extremeñas II.

Todos coincidimos en que hay que invertir en ciencia e investigación para asegurarnos una futuro estable. Es significativo que el único país de la UE que no ha bajado sus inversión en I+D+I, durante esta dura crisis ha sido Alemania. Y no es casualidad que la crisis haya sido allí mucho menos dura que en el resto de Europa. A los demás países nos ha golpeado con fuerza, en especial a España (que ha enfocado su mercado laboral y su riqueza hacia la construcción básicamente) y en particular a Extremadura cuya economía se cimienta principalmente en el sector primario con la agricultura y la ganadería; y el sector terciario o de servicios que produce más gastos que beneficios: comercio, ocio, administración pública, turismo (en auge este último, según datos recientes)
Sin embargo, no todo son malas noticias. Tenemos una magnífica Universidad de la que salen admirables profesionales. Otra cosa es, que seamos capaces de mantenerlos con nosotros dedicados a la investigación, pues la fuga de cerebros está siendo una verdadera sangría para el país y para nuestra región.
En este artículo vamos a continuar conociendo científicas extremeñas que a pesar de su juventud, ya tienen escrito su nombre en las páginas de la Historia de la Ciencia.



María José Sánchez Barrena
(Calamonte, 1977)



Licenciada en Química en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura. Realiza su tesis doctoral sobre cristalografía de proteínas en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entre 2000 y 2005. De 2006 a 2009 realiza una estancia postdoctoral en Cambridge en los laboratorios de biología molecular del Medical Research Council.

En la actualidad trabaja en Madrid, en el instituto de Química-Física Rocasolano, perteneciente al CSIC, donde ha coordinado un equipo de trece personas que ha conseguido publicar en la reconocida revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences' su último hallazgo, el de una nueva molécula capaz de modificar el número de contactos sinápticos entre neuronas, hito que abre la puerta al diseño de nuevos fármacos para tratar el autismo o el alzhéimer.
Os recomiendo que leáis la entrevista que le hizo el periódico Hoy, donde nos cuenta cómo ha logrado compaginar su maternidad y la investigación. Además es interesante su opinión sobre la Universidad de Extremadura y las dificultades que nuestros científicos encuentran para investigar en ella debido a la falta de inversión.


Elena Campos Sánchez 
(Serradilla, 1987)


Científica brillante que trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid. Elena logró entrar en el Severo Ochoa, antes de licenciarse en Biotecnología al ganar una beca, y allí ha hecho su doctorado y su carrera profesional. 
Siempre ha estudiado en centros públicos, primero en el colegio Santísimo Cristo de la Victoria, en Serradilla; después en el instituto Gabriel y Galán de Plasencia y más tarde en la Universidad de Salamanca.

Actualmente investiga si existen mecanismos alternativos, además de los que se conocen, que tengan una función en la inmunidad de algunas personas frente a infecciones. Descubrir ese mecanismo sería decisivo para mejorar el sistema de vacunas.

Consciente de que también en el campo de la ciencia ha irrumpido con fuerza la información falsa, se ha convertido en una de las voces científicas españolas más enérgicas contra la superchería y preside la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas.

Aunque vive en Madrid, colabora con la Casa de Extremadura de Coslada para difundir su tierra o llevando el CSIC al colegio de su pueblo para que si hay alguna vocación científica entre los alumnos no deje, como en su caso, de tener la oportunidad de que despierte.

Os recomiendo esta entrevista del periódico Hoy, donde habla de su relación con Extremadura.



Beatriz Muñoz Sánchez
(Don Benito, 1988)


Licencida en Ingeniería Industrial por la Universidad de Extremadura. En el año 2015 realizó un doctorado sobre el desarrollo de una técnica de fabricación por capas para metales en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla. Pasó por las aulas de la Universidad de Cambridge con una beca que le permitió realizar investigaciones sobre el impacto de fluidos, y ha realizado estancias de investigación en Reino Unido, Bélgica y Alemania.

Beatriz Muñoz compaginó su doctorado con la participación en 'Drop your thesis', un programa con el que la Agencia Espacial Europea ofrece a estudiantes de máster y postgrado la oportunidad de realizar experimentos en microgravedad  con objetivo es estudiar a fondo la Tierra, el entorno espacial, el Sistema Solar y el Universo, así como desarrollar tecnologías y servicios basados en satélites

Beatriz Muñoz considera que se tendría que fomentar más la I+D en nuestro país y sueña con ver cómo sus investigaciones se convierten algún día en aplicaciones reales. Por ese motivo no descarta trabajar en la industria privada, pero siempre en el departamento de investigación y desarrollo, una disciplina en la que las mujeres, según su experiencia, están pisando fuerte. 

Es investigadora del MEC responsable de varios proyectos de investigación, colaboradora, tiene publicados varios artículos científicos y participa en numerosos congresos.

En 2016 el periódico Hoy le hizo una entrevista que podéis leer aquí.


Almudena Ponce-Salvatierra
(Madrid, 1987)


Almudena nació en Madrid, pero su familia se trasladó a Badajoz cuando tenía dos años. Se licenció en Farmacia por la Universidad de Sevilla. Realizó posteriormente un máster de Cristalografía y Cristalización de la Universidad Meléndez Pelayo y prácticas en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Al terminar el contrato, trató de buscar otra beca en España para continuar con su investigación, pero no lo logró. Finalmente optó por realizar un segundo doctorado y su destino fue Alemania. Lleva varios años trabajando en el instituto Max Planck, en Göttingen. Se trata de una prestigiosa institución que cuenta con fondos estatales y también su propia financiación. Hay numerosas sedes en toda Alemania. En la que trabaja esta joven pacense están especializados en biofísica química.

Almudena cristaliza las minúsculas moléculas de ADN y analiza su estructura con el objetivo de avanzar en el conocimiento sobre los seres vivos. A través de su estudio ha conseguido corroborar un descubrimiento de 1994 sobre la capacidad de las moléculas para acelerar reacciones y desmentir la creencia científica que durante veinte años han sostenido expertos sobre que el ADN no puede adoptar estructuras complejas para acelerar determinadas reacciones. Aun no sabemos el alcance de semejante descubrimiento, pero está claro que nos acerca aún más a los misterios de la vida.

Os recomiendo esta entrevista, en la que la propia Almudena nos explica en qué consiste su trabajo, las dificultades con las que se ha encontrado, y cómo trata ella de divulgar la ciencia.




1 comentario :

  1. que ilusion!!!! antes de ayer un amigo mio se tropezo con "mi retrato" por casualidad y hoy he decido asomarme para ver de que se trataba :) Un saludo (esta vez desde Varsovia!)

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