Con
motivo del inicio de curso y de las clases del club de ajedrez, me
apetecía escribir un
artículo sobre ajedrez y
literatura, ya que
son abundantes los libros que lo
mencionan. Hay casos
abundantes donde el ajedrez a penas sale en el título pero también
hay novelas en las que se profundiza
algo más,
bien porque
los
protagonistas
son aficionados
al ajedrez, como por
ejemplo en la novela “El
amor en los tiempos del cólera” de
Gabriel García Márquez o
“Don Sandalio, jugador de ajedrez” de
Miguel de Hunamuno; o porque
es una biografía de un ajedrecista como
en “ Bobby Fisher se fue a la Gerra”
de David Edmons y John Eldinow; o
el propio juego subyace en
la novela como parte del
argumento, vertebrando la historia, como
ocurre en “La tabla de Flandes”
de Arturo Pérez Reverte, donde
mezcla novela histórica y policíaca, con el arte y el ajedrez.
Existen
locuras como “Alicia
a través del espejo”
de
Lewis Carrol, donde Alicia
es un peón que aspira a ser reina en
una partida más cerca de los sueños que de la lógica.
“La
inmortal” de
Ricard Ruíz Garzón. Una
novela para lectóres jónenes que cuenta la historia de Judit,
una
niña de
doce años y un don para dibujar, que
vive
con su madre y su abuelo en Ginebra. Su padre, un famoso pintor, se
marchó a Hungría cuando era pequeña. Judit está preparándose
para participar en un concurso de dibujo cuando, inesperadamente, el
ajedrez se cruza en su camino y comienza a aficionarse.
Judit jugará muchas partidas, pero una de ellas le cambiará la
vida. La disputará contra Mr. Aliyat, un extraño maestro del
ajedrez, nacido en Irán, que se comunica a través de enigmáticas
notas.
“Magia
de reina, magia de rey” de
Ian Watson. Novela
de fantasía donde dos
reinos simétricos, Bellogard y Chorny, se ven enzarzados en una
guerra cíclica, renovada constantemente mediante una magia sujeta,
en líneas generales, a las reglas del ajedrez.
“Campos
de fresas” de Jordi Sierra. Estructurada
como una partida de ajedrez, con anotación cifrada de cada lance al
principio de los capítulos, es jugada por la dama blanca (una joven
ajedrecista que se encuentra en coma) y la dama negra (la muerte).
“La
larga travesía de un peón de negras”
de Diego Almansa Ortega.
Una conmovedora novela que nos muestra el curioso modo que tiene de encarar su destino un adolescente inadaptado que ama el ajedrez y la fotografía. Es una emotiva historia donde las sorpresas están aseguradas, tanto en la novela como en la vida.
Una conmovedora novela que nos muestra el curioso modo que tiene de encarar su destino un adolescente inadaptado que ama el ajedrez y la fotografía. Es una emotiva historia donde las sorpresas están aseguradas, tanto en la novela como en la vida.
“El
Ocho”
de Katerine Neville, es
una entretenida novela
de intriga y misterio histórico, que
cuenta como una experta
en ordenadores se ve atrapada sin quererlo en la búsqueda de un
legendario ajedrez, que perteneció al emperador Carlomagno y
en cuyas piezas reside
la clave de una antigua fórmula ligada a la alquimia, la masonería
y los poderes cósmicos.
Esta
autora escribió la segunda parte llamada “El
fuego” también
muy recomendable por su lectura absorbente.
"El
elefante de marfil”
de
Nerea
Riesco. La
novela se desarrolla en la
Sevilla
del
siglo XVIII y XIX .Teniendo
como principal pilar una disputa legendaria y el ajedrez, se
desarrolla
una
historia absorbente, escrita con una prosa sencilla de
lectura ágil y rápida.
“El
hechizo de caissa”
de
Fernando
Ortega. Una
historia entorno al mundo del ajedrez aunque
no
es necesario saber jugar
ya
que todas
las claves aparecen a lo largo de la novela. Centa
la historia de Marcos
el
cual
fue adoptado por Roberto, un hombre severo, solitario y envuelto en
un halo de misterio. Fascinado por las partidas de ajedrez que
jugaban su padre y su abuelo, Marcos se rebelará ante la negativa de
su
padre
a enseñarle a jugar y se volcará en el aprendizaje por su cuenta.
Lo
que en un inicio sólo parece un juego se convertirá en una obsesión
que le hará gozar y sufrir, conocer lugares y personajes memorables.
Además,
aunque la lectura sea más compleja, no hay que olvidar las novelas
clásicas que siempre se mencionan si relacionamos ajedrez y
literatura.
“La
defensa” de
Bladimir Navokof,
donde nos
describe con maestría como el protagonista se oculta de la sociedad
refugiándose en el ajedrez . La
vida se
desdibuja y
se
confunde con el
ajedrez,
pues en
el mundo del juego
todo
se
percibe nítido, ordenado y lleno de aventuras.
“Novela
de ajedrez”
de
Stefan
Zweig.
Brebe
novela que nos cuenta como en
un viaje en barco de Nueva York a Buenos Aires, Mirko Czentovicz, un
genio del ajedrez, se encuentra con
un enigmático contrincante: el señor B., noble vienés que huye de
los nazis. Una
novela muy
interesante, con
grandes dosis de intriga.
“La
torre herida por el rayo”
Fernando Arrabal, en
la que narra el
enfrentamiento entre Elías Tarsis y Marc. Ante
ellos el tablero sobre el que se decidirá el campeonato del mundo de
ajedrez y
otras cosas.
De paso, Arrabal critica
todo tipo de
instituciones
militares,
académicas,
religiosas o
políticas
del planeta.
”
Zugzwang”
de
Ronnan
Bennett.
Novela policiaca de intriga que transcurre en San
Petersburgo, en
1914,
durante el campeonato de ajedrez más importante de la historia. Sin
saber por qué el psicoanalista Otto Spethmann resulta involucrado en
el crimen y en una conspiración para acabar con la vida del zar.
Spethmann es judío y sin darse apenas cuenta pasa a formar parte del
movimiento revolucionario, y deberá decidir cuál será su
suiguiente jugada en la partida por su propia vida.
“Lo
que sé de ti” de
Fernando García, que compara con agudeza, intriga
y humor, ajedrez, literatura y vida.
Para Adán Vernio, un
ingeniero sin vocación, los sueños de pubertad se condensan en dos
únicos propósitos: jugar una partida de ajedrez digna de figurar en
los tratados y escribir una novela que sea leída. El día que su
esposa decide abandonarlo, la fortuna se
queda con él.
“La
variante de Lüneburg” del
italiano Paolo Maurensig. Todo
comienza con la muerte de un refinado industrial, un tal Frisch,
en los jardines de su mansión, en un espacio en forma de ajedrez,
tras intentar durante la noche, en su mesa de trabajo, una última
partida. ¿Es un accidente? ¿Un suicidio? ¿Un homicidio? ¿La
ejecución de una sentencia?, y ¿por qué delito? La respuesta
exacta la encontrará el lector en un movimiento de ajedrez, en esa
misteriosa variante
Lüneburg.
Mediante un simple gesto, pues, el lector se verá proyectado en un
laberinto de espejos y recuerdos que, al igual que en una encarnizada
partida de ajedrez,
sólo encontrará la salida jugando el juego hasta el final.
Si
os quedáis con ganas de más, os dejo algunos libros relacionados en mayor y menor medida con el ajedrez, aunque todos ellos muy recomendables
por su calidad: “El
emperador de Ocean Park” de
Stephen
L. Carter;
“El
gambito turco” de
Boris Akunin; “La
vida que se va”
del
mexicano Vicente Leñero y
el libro de relatos “Una
manada de ñus” de
Juán
Bonilla
Para
terminar no quiero despedirme sin recordaros que el club de ajedrez
se reúne recreo.
Además
tenéis tableros de ajedrez en muchas clases, en la blioteca, y en el
bar del instituto, de modo que podéis jugar cualquier otro día de
la semana.
Si
queréis leer algo más sobre ajedrez y literatura, os recomiendo
estos enlaces:
http://es.chessbase.com/post/otros-papeles-del-ajedrez/8http://periodistas-es.com/teoria-las-sombras-ajedrez-literatura-83278http://librodenotas.com/viajealajedrez/23617/alicia-en-el-pais-del-ajedrez-primera-parte